Culpa a las hojas por caer cuando llega invierno.
Solloza cristales desde las tinieblas.
Usa tu hechizo para frenar el tiempo.
No se trata de congelar el movimiento, simplemente de realentizarlo un poco, solo un poco más, antes de que llegue el hachazo.
Miéntete un poco más,
miénteme a mi también,
todavía estamos vivos,
y poco nos queda.
No deberías seguir andando por ese sendero, extrañas figuras se insinúan en las sombras de los árboles, pobres de tus ojos que, cegados, no las pueden ver.
Cállate,
siéntate,
respira,
y llora.
Ahora te debes sentir estúpida, ¿no has conseguido frenar la caída verdad? Tranquila, que nadie puede, por muy increíble que sea.
Reposa tus esferas en mi rostro otra vez.
Acaricia mis tímpanos con tu suave melodía.
Recíbeme esta noche como lo hiciste otro día.
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