domingo, 22 de enero de 2012

El filósofo de hoy en día es un vago que navega sobre una @...


El filósofo no existe, todos somos filósofos en la medida que podemos y nos dejamos llevar por la vaguedad y la no acción. Yo, ahora, lo soy.

Porque es más fácil ser un pensador. Es un oficio poco cansado y siempre triunfador, en tanto que sus pensamientos no son aplicados a la realidad y no pueden ser partícipes de una derrota. Pero yo no quiero ser un filósofo ni un pensador, sino un hombre de acción. Y pienso:
¡Ah, cuán virtuoso puede llegar a resultar el fracaso en la verdad de una idea que alguien ha tenido la voluntad de emprender!

Escucho, tumbado sobre mi cama, los murmullos de una multitud de gente que, dentro de poco, siguiendo su automática rutina, favorecerán un sistema que tiene como último objetivo su degradación. No quiero colaborar. No quiero ser un pobre desgraciado más a quien extorsionar mediante diversos sistemas políticamente aceptados, pero de dudosa, de incierta moralidad. Qué asco me produce ver la ética oficial siendo prostituida abiertamente en la plaza de la ciudad. ¿Y qué puedo hacer? ¿indignar-me? ¿ser una hormiga más? ¿un cuadrado blanco o negro en un tablero de ajedrez que, sin tener voz ni voto, sin ser nisiquiera una pieza del juego, será pisoteado por todas las demás?

No, ni tan siquiera me fijo en el día de mis entradas. No tiene sentido que, al no participar en este mundo, quiera todavía creer que formo parte de él. Aunque, bajo esta coraza de temores y traumas, hay indícios de un héroe quiere tomar acción y salvar su universo interior de los malechores que el mismo ha creado. Inconsciente de su fuerza, lucha contra si mismo, pero sin encontrar el modo de reconciliarse. En mí, todavía hay demasiado miedo a abrir la puerta que esconde los monstruos que yo mismo inventé, y busco hambriento en libros, notícias, películas y otros externos, la solución final y definitiva al problema que no me atrevo a encarar.

Al final, detrás de ellos, de todos los temores y monstruos y dudas y trampas, hay la luz que llevo buscando desde... pero miedoso, primero quiero saber si esa luz es tan buena como imagino, si cumple mis expectativas, porque de lo contrario habré realizado un esfuerzo inutil contra aquello que temo.

Y así maullo, y digo "miaou".